Mi hermana está sola de este lado de la cerca, de pie sobre la tierra roja, bajo la luz del mediodía. Yo la miro desde las columnas del patio. Ella ha hecho algo prohibido y sin dudarlo un instante ha caminado hasta el límite de la cerca para demostrarle al mundo (a mí, al silencio del jardín) su ilimitada fuerza y su seriedad.
Así inicia Abejas, uno de los capítulos de la novela Las orejas del lobo de Antonio Ungar, que nos cuenta la historia de una niña de cuatro años, que se unta de miel los brazos, las piernas y las mejillas, en espera de las abejas que cubrirán su cuerpo ante la mirada de su hermano de seis años. La abejas llegarán de todas partes convirtiéndola en una masa gruesa y oscura que no se mueve ante nada, que no sufre ninguna picadura. Su madre correrá al verla y la meterá en una alberca para salvarla de esos pequeños seres, que reconocen en la mujer una amenaza y la atacan, mientras la niña ríe a carcajadas.
Comentamos con un grupo de estudiantes de la I.E.D. Gabriela Mistral de Gaira, lo que nos propone este texto y para algunos la niña representa la posibilidad de asumir retos y no tener miedo a arriesgarse por aquello en lo que creemos. Una fuerza superior que nos impulsa a hacer las cosas y nos lleva por caminos inesperados. Otros creen que su actitud es egoísta, porque no considera las consecuencias y lo que sufrirá su madre cuando la piquen las abejas. Esa sonrisa que no desaparece de su boca, es una especie de triunfo.
Con respecto al niño, que observa todo desde lejos, es un cómplice, según algunos. No dice nada a la madre y tampoco interviene en lo que hace la niña.
La madre, para algunos, sufre las consecuencias de interrumpir ese ritual que une a la niña con las abejas. Esa comunión con la naturaleza que no le ofrece ningún riesgo, hasta que se corta con la intervención de la madre. Para otros es una reacción apenas normal para la situación que estaba viendo.
Como nos encontramos diferentes interpretaciones, les propusimos a los chicos que nos explicaran en un párrafo lo que sentía cada uno de los personajes de la historia. Así podían contarnos desde la mirada del niño que ve con una especie de fascinación y miedo esa aventura que emprende su hermana. Desde la madre que se rinde ante la picada de las abejas y termina frustrada ante esa niña que no para de reír. Y también desde la óptica de la niña que se expone a las abejas como desafiándolo todo, pero sin temor alguno.
Esto nos contaron los chicos mientras comían miel y pensaban en la historia :
"Mi
vida y la naturaleza" de Luz Moreno
Estoy en mi jardín
haciendo algo prohibido. Algo que no me dejan hacer. Algo que a mi mamá le da
dolor y rabia. Es algo que he venido haciendo desde hace
mucho. Para mí es importante tratar de interactuar con los seres de la
naturaleza, porque es como si ellos fueran parte de mi mundo y yo quiero ser
parte del suyo. Así sea sólo ofreciéndoles mi cuerpo lleno de alimento para ellas.
Sin importar que sea prohibido lo que hago.
"Porque
admiro a mi hermana" de Tibisay Reales
Impactado al retar a
aquella niña con una mirada de ofendida, por lo que yo le había dicho. Ella
corrió y se bañó de aquella miel que mi madre tenía para untar los panecillos
del desayuno. No sé, pero al momento de ver ese montón de abejas junto a ella,
me di cuenta que esa niña no era tan ingenua. Era astuta. Aquí el cobarde era
yo que la reté y no me percaté que ella lo tenía todo analizado.
"La
niña" de Jessica Caraballo
Sabes, me encanta la
actitud de esa niña porque con sólo cuatro años, piensa mejor que el hermano.
Muchas y me anoto ahí, nos dejamos llevar por el miedo. Ella no, sabes. Ella
pensó todo y sabes salió perdiendo la madre porque la picaron las abejas. El niño impresionado
por lo de su hermana se quedó viéndola, otro la habría acusado.
Conclusión: en el
futuro me gustaría ser como esa niña. ¿Cómo es ella? Pues sabe pensar las cosas
y no le tiene miedo a nada, ni a nadie.
De esta forma, finalizó el recorrido del Concurso Nacional de Cuento RCN- MEN durante el 2012, con los talleres para estudiantes en la ciudad de Santa Marta.
La séptima versión del CNC iniciará el próximo 26 de abril, esta vez en homenaje a Andrés Caicedo. No te pierdas ningún detalle de la convocatoria.